Quienes están a punto de tener su primer hijo tienen un deseo: salir del hospital con un portabebés, un capazo y un cochecito de cara a mamá y de cara al mundo. Los que van a tener un segundo hijo, en cambio, desean tener menos cosas en casa y, por eso, tienden a no llevarse una cuna, sino sólo un cochecito con el respaldo totalmente reclinable. Sigue estos consejos de Bebés Victoria:
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1. Reserva a las 30 semanas
Mi consejo es que no hagas nada hasta la ecografía morfológica, que se realiza alrededor de la semana 20. Después, puedes empezar a pensar en la elección y, entonces, hacia la semana 30 es el momento de reservarlo para que llegue a casa en la semana 34, a tiempo de estar montado y listo para recibir al nuevo bebé.
2. Piensa en tus necesidades
El punto más importante es elegir un producto que refleje tu estilo de vida: los padres deportistas necesitarán un cochecito con ruedas anchas y amortiguadas; los urbanitas probablemente necesiten un modelo compacto y fácil de plegar.
Lo primero que hay que hacer es pensar en el contexto y el modo de vida:
¿cuándo y dónde se utilizará el cochecito?
¿Necesitará un tamaño especial para caber en un ascensor o en el maletero de un coche?
Tendrá que ser suficientemente manejable y compacta para viajar en transporte público?
3. Parámetros generales
En general, el consejo es elegir un producto que sea manejable y ligero del tamaño adecuado para tu casa y ascensor, y cómodo para los padres de hoy en día, que siempre están en movimiento.
4. Preste atención a la seguridad
Un factor muy importante al que prestar atención a la hora de comprar un trío es el nivel de seguridad del portabebés, que se utilizará para transportar al niño en el coche.
Una buena forma de valorar este parámetro es consultar los rankings de seguridad elaborados por asociaciones de consumidores, como Altroconsumo o Adac.
5. El presupuesto
Hay muchísimas opciones en el mercado, desde unos 200 euros hasta más de 1.500. Un presupuesto medio para un buen producto ronda los 800 euros, pero esto, por supuesto, depende siempre de las necesidades y la disponibilidad de los padres.